martes, 1 de julio de 2014

Ábrete, mi Diosa.


Ábrete, mi Diosa, como la flor del tilo
Acógeme dentro como a un insecto
Y embriágame con tu dulce aroma.
Déjame horadar tierna y suavemente 
Hasta que tus ojos se entornen de placer
Mientras exploro con mis labios rojos 
Las fronteras de tus dientes y tu boca

Ábrete, mi diosa como una azucena, 
Deja que penetre hasta la base de tus estambres,
Que yazga sobre ti hasta perder el sentido 
Inundando de semillas de amor tus entrañas 
Plantar rosas rojas sobre tus senos,
Amarte hasta que se consuma el amor
Aferrados tan fuerte cual maromas anudadas

¡Oh, mi Diosa! Ábrete como una magnolia
Ofréceme tu suave perfume a limón.
Deja que nuestra saliva y nuestro sudor
Se fundan en una sola gota dorada
Quiero morir tras esta dulce cópula apasionada  
Y terminar amortajado por tus cabellos suaves
Y ungida mi boca con tus labios de fuego

Y fuera ya del tiempo, en una sola carne
Y una sola gota de rocío aún temblando 
Déjame que te susurre suavemente al oído 
Lo que tantos años llevo guardando:
Decirte que te amo, decirte que me muero
Que tu amor que me mata poco a poco.
Y regresar, después, otra vez a tu olvido.