jueves, 26 de marzo de 2015

Qué daño

¡Qué daño tan dulce me hacen tus labios!
Esos labios que se aprietan en mi boca
Esos labios mullidos y duros en mi cuello
Espadas que traspasan mi carne dormida
Atraviesan mi alma de lado a lado
Y hacen sangrar versos y versos
Para empapar esa boca que amo.
¡Qué dulzura de dolor me hacen tus labios!

¡Qué daño tan dulce me hacen tus manos!
Esas manos que aprietan las mías
Esas manos suaves que acarician mi pelo
Espadas que traspasan mi carne dormida
Manos que penetran en mis entrañas
Despertando el deseo más desesperado
Que envuelve todo mi pensamiento
¡Qué dulzura de dolor me hacen tus manos!

¡Qué daño tan duro me hace tu ausencia!
Tus manos me sueltan y tus labios me despiden
Y, resuelta, caminas dejándome atrás
Espada que traspasa mi carne dormida
Agudo dolor de un corazón arrancado
Abandonado a la soledad más oscura e infinita
Lágrimas de anhelo, hambre y dolor
¡Qué terrible dolor me hace tu ausencia!