Mi pecho cede blando al escarpelo
Por dentro se hunden mis manos febriles
Desgranando sueños de aciagos abriles
¡Oh, sangría de versos por el suelo!
Lentamente así vacío mi anhelo
Pleno de tristes lamentos seniles
Alma poblada de sueños pueriles
Buscando claros ojos en el cielo
Deseo que esta fiebre me consuma
Y clavo las uñas dentro de mi llaga
Hasta morir perdido en la locura
Yaciente y congelado, en una urna
Enfermedad del beso que me mata
A la vez que, dulcemente, me cura