sábado, 28 de diciembre de 2019

Poema 4.23.15



Ya no eres tú aquella amada mía,

Con saliva y deseo creé tu imagen 
Con tinta negra sobre el papel
A partir de un beso alocado
Y la suave tersura de tu piel
Alma de esencia de sueños
Te hiciste vino para mi sed.

Creé con mis manos un ángel, 
Como hizo el mismo Yahveh
Y te puse en una hornacina
En lo alto de un capitel
Para arrodillado adorarte 
Como tu devoto más fiel.
Cubrí tu imagen de besos
Gozando hasta el amanecer

Pero tú eras de carne y hueso
Y no lo supe reconocer
Te esfumaste de mi vida 
Sin que comprendiera el porqué
Mil años llorando tu ausencia
Golpe a golpe contra la pared.

No te conozco ya, amada mía
No eres ya aquella mujer
Que colmaba todos mis sueños 
Con la dulzura de la miel
A penas un espectro lejano
Un sueño del que desperté.

Amarga pena me arrastra
Negra y viscosa como la pez
El vacío que queda en mi alma
Nada lo puede complacer
Te he perdido eternamente
Y en la calle empieza a llover.