I
¡Oh, Diosa de mi alma!
Refugio y consuelo
Del triste pecador
Mano tibia, ayuda oportuna
Tenue luz en las tinieblas
Aires frescos en el infierno
¡Salve Diosa amada!
Beso tu mano divina
Acaricio tus talones dolidos
Estrecho tu cuerpo de luz
Y limpio mi boca en tu frente
De cada blasfemia negra
Que ha brotado de mis labios.
Y proclamo a los cuatro vientos
Que te amo sin reparos
II
Diosa mía, de mi alma
Reinas en tu cielo
Y pones luz en mi infierno
Bendigo tu nombre cada hora
Y lo dibujo sobre el suelo
Espero el calor de tu beso
Pero siempre es tu voluntad
En tu cielo y en mi infierno.
Dame unas migas de pan,
Ese, tu pan de ángel luminoso
Perdona si me desespero,
Si insisto, si te importuno
Igual que perdono tu silencio
Tu lejanía, tus ires y venires
No me abandones, ¡oh, mi Diosa!
A la cruel desesperanza
Al silencio, a la amargura,
A ser un muerto entre los vivos
Y líbrame de este dolor
Amén
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