jueves, 28 de mayo de 2015

Juguete roto

Mis dedos ya no escriben tu nombre
Fríos y temblorosos, yacen en el suelo
Después de, crispados, haberse aferrado
Febriles a tu vientre de seda y rosa.

Ya no hay flores en el rosal
El frío y la lluvia detienen su vida
Quedan rosas marchitas en la mata
Que hieren mis ojos de melancolía.


El viejo peral,  indiferente, pierde sus hojas
Como los recuerdos,  palidecen y caen. 
Aquellas hojas nacidas en una primavera
Inundada de amor, deseo y besos de seda.

Mis ojos caen tristes, pues ya temen verte
Mis manos ya no escriben versos para ti.
Mis dedos ya no escriben tu nombre
Mi dolor ya no encuentra tu consuelo.

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