jueves, 31 de marzo de 2016

Cuaderno

El poeta roba un instante al tiempo
Una fugaz sombra de golondrina
Que, negra, corría veloz por el suelo
Y lo recoge a hurtadillas en el papel

El poeta atesora sus retazos de tiempo
En un cuaderno amarillo gastado
Sombras de golondrina, flores secas,
Palabras perdidas, besos olvidados.

Instantes que duermen, ajenos al tiempo
Hibernando en cadenas de palabras,
Esperando la luz de esos ojos de ángel.

Unas manos blancas y dulces los despiertan
Nace, entonces, otro instante de luces
Que el poeta guarda,ávido, en su maleta.

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