sábado, 10 de mayo de 2014

Heridas de rosa


Manos que sangran, heridas de rosa
Espinas que se hunden en la carne
Brota la sangre, agudo dolor ardiente
Manos aferradas al cruel tallo hiriente.

Espinas de aquella rosa deseada y lejana
Que arañan feroces la piel desgarrada,
Ávidas de engullir las mieles de tu aroma
Y gozar esos besos de pétalo de rosa

Mis manos se deshacen heridas de espinas
Mis ojos lloran ya lágrimas de sangre
Retorcido por el dolor de mil saetas clavadas

Mientras, mi boca paladea aquel beso de rosa
Envuelto en los mil matices de tu aroma
Mi alma te busca entre el dolor y el anhelo.

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